PERSONAJES BAENENSES DEL SIGLO XX ANTONIO RAMOS ASENSIO: EL PROTECTOR DEL ARTE

DURANTE 50 AÑOS SE CONVIRTIÓ EN UNO DE LOS GRANDES DEFENSORES DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO DE BAENA Y SUS ESFUERZOS FUERON ÍMPROBOS PARA LA RECUPERACIÓN DE LA IGLESIA DE MADRE DE DIOS Y DE SANTA MARÍA LA MAYOR.

Por FRANCISCO EXPÓSITO (*)
La figura de Antonio Ramos Asensio quedará unida a la recuperación del convento de Madre de Dios y a la restauración de la iglesia de Santa María la Mayor y la Virgen de la Antigua. Este gaditano, nacido en 1896 en Isla Cristina, se convirtió durante el siglo XX en uno de los grandes protectores del patrimonio local tras fijar su residencia en Baena al contraer matrimonio con Julia Eguílaz Santaella y participar de manera significativa en la actividad cultural de la localidad a través de la sociedad Amigos del Arte. Como reconoce el propio Antonio Ramos, en un artículo firmado en la revista ‘Tambor’ en enero de 1968, su llegada a Baena se produjo en noviembre de 1920, cuando visitó el convento de Madre Dios y la “ingente e impresionante” iglesia de Santa María la Mayor. En aquella primera estancia quedó sorprendido de la riqueza del templo y descubrió la imagen de la Virgen de la Antigua, que presentaba un gran deterioro. Años después sería la recuperación de esta imagen gótica uno de sus grandes retos. “Pasé de una a otra capilla y casi en la última hallé a la Celeste Señora sobre el suelo, carente de su mano derecha, y con su divino Hijo mutilado y maltrecho en completo abandono, pero era tanta su arrogancia y esbeltez, y tal la riqueza de sus paños –y ello en piedra– y su expresión tan bella y profundamente sentida, que el impacto que hizo en mí no permitió que jamás se apartara de mi pensamiento, y tantas cuantas veces yo tuve la fortuna de pisar la parroquia, me recreé en su hermosura…”, escribiría.

En 1924 emprendió la primera suscripción para la recuperación del convento de Madre de Dios y en 1956 impulsó otra recaudación popular que permitió reconstruir la iglesia deteriorada por los sucesos de la Guerra Civil. Esta actuación permitió que la comunidad de religiosas dominicas se instalara en el convento.
El investigador José María Ocaña Vergara publicaría un artículo en el ‘Diario Córdoba’ del 21 de agosto de 1971 en el que destacaba la labor de Ramos Asensio como protector del arte: “Su enorme afición hacia todo lo que es arte, hace que don Antonio Ramos Asensio se sienta extasiado, ante unas ruinas milenarias, como ante una escultura medieval. Su fina sensibilidad artística apreció el inconmensurable valor de la escultura de Nuestra Señora de la Antigua, y bajo la dirección del rector de la Universidad de Sevilla sufragó todos los gastos para que el pueblo baenense pudiese admirar una de las joyas más notables del arte español medieval. Sin embargo, la gran obra del Sr. Ramos Asensio es la reconstrucción de la iglesia parroquial de Santa María la Mayor. Su celo y amor han logrado para este monumento los títulos histórico y artístico como desde ahora se le reconocerá en todos los estudios históricos…”.

Sus esfuerzos para proteger Santa María la Mayor serían reconocidos en el año 1971 por el Ayuntamiento de Baena, que lo nombró hijo adoptivo y le entregó la medalla de plata de la ciudad. El Pleno, presidido entonces por Melchor Castro Luque, inició la tramitación el 20 de julio de 1970. La Dirección General de Administración Local informó favorablemente “por considerar que concurren méritos más que suficientes para hacerle acreedor de esta justa distinción y en premio a sus desvelos hasta conseguir que nuestra iglesia de Santa María la Mayor se reconstruya”. El pleno del 17 de junio de 1971 acordó, en segunda convocatoria, su nombramiento. En el acta se destaca “la continuada labor del Sr. Ramos Asensio, ejercida durante más de treinta años y encaminada a la reconstrucción de la iglesia de Santa María la Mayor, cuya reconstrucción se ha conseguido iniciar recientemente”. El nombramiento se publicó el 5 de julio de 1971 en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). Un día después remitió al alcalde una carta en la que mostraba su agradecimiento por la distinción: “No sé cómo agradecer este paso que Baena, representada por el Ayuntamiento, me concede, ya que tanto llevo recibido y aunque mi ansia de servirla ha perdurado en mí siempre, me parece tan excesiva tan alta concesión, que me considero largamente recompensado como ya demostraré el día que se me haga entrega de los dos nombramientos”.

Rafael Ruiz Arjona, en su libro ‘Baena: testimonios de su historia’, también destacaría los esfuerzos realizados por Ramos Asensio en la restauración del patrimonio baenense, tanto en Madre de Dios como en Santa María la Mayor. “Pero Baena –escribe– había entrado a analizar lo que se perdía, y empezaron las consultas y aportaciones aunque de escasa cuantía, el camino era largo y penoso, gracias a personas sensibles y enamoradas del arte como don Antonio Ramos (esposo de doña Julia Eguilaz, antigua y querida alumna de Sor Inmaculada), pudo conseguir que las autoridades con su aportación, se arreglase la techumbre del coro a fin de evitar una pérdida irreparable, artesonado del coro y su artística sillería, librada de las llamas de los enconos bélicos de la contienda del 36. Este mismo señor de inmortal memoria se ocupó de cubrir la verja de la iglesia, recoger todos los cuadros del altar mayor y ordenar el comienzo de la restauración”. Ruiz Arjona considera que la recuperación de Santa María la Mayor se debió “tal vez, al tesón y fe de don Antonio Ramos”, para lo que involucró a personalidades de las artes y la cultura e implicó a su consuegro José María Pemán.

Antonio Ramos fue académico de la Real Academia de Córdoba y de Sevilla, medalla de plata de Baena y Montilla. En el número de enero y febrero de 1973 de la revista ‘Tambor’ se recogía un pequeño homenaje de esta publicación al que entonces era su presidente: “Como homenaje a nuestro presidente, don Antonio Ramos Asensio, insertamos una fotografía de los trabajos de reconstrucción de la Iglesia Mayor, ya que, gracias a su tesonera labor, esta reconstrucción será posible”. Los Amigos del Arte, tras finalizar su mandato como presidente, cuando ya estaba muy enfermo, aprobaron nombrar a Antonio Ramos presidente perpetuo, a sugerencia de Juan Antonio Bailén. “A continuación el Sr. Bailén propone que en reconocimiento a los méritos contraídos con la Sociedad, ésta lo manifiesta nombrándole presidente de honor perpetuo, a lo que la asamblea accede por unanimidad”, señala el acta de la reunión celebrada el 15 de febrero de 1973 por los Amigos del Arte.

En un emotivo artículo de Juan Antonio Bailén publicado en 1973 en la revista ‘Tambor’, el cronista disertaba sobre la importancia del protector del patrimonio baenense tras producirse su fallecimiento. “Llevaba un año preparado, esperando su última hora. El tiempo que ha durado su penosa enfermedad”, cuenta Bailén, que recoge su esfuerzo para recuperar la iglesia de Santa María la Mayor: “Incansable en sus viajes a Madrid, incansable en su correspondencia con los personajes que podían salvar nuestra joya arquitectónica hasta conseguir la declaración oficial de Monumento Histórico Artístico. Ese día lloró emocionado al ver que su esfuerzo había hallado eco en los organismos oficiales… Por todo esto y muchísimo más, Baena ha perdido un hijo ilustre. Y la Sociedad Cultural Amigos del Arte, un gran presidente. Y la revista ‘Tambor’ un gran pilar. Sí, su muerte, ha sido una pérdida irreparable. Somos muchos los que estamos de luto porque somos muchos los que le debemos algo”.

(*) Texto extraído del libro ‘Personajes baenenses del siglo XX’.

A Ramos Asensio

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