EL ANTIGUO HORNO DE PAN DE LA CALLE LLANA

Por José Javier Rodríguez Alcaide (*)

En sábados y domingos mi madre, a mis nueve años de edad, me ordenaba ir a comprar pan a un horno que había en calle Llana, algo más allá de la calle Pedro Gálvez saliendo desde Puerta Córdoba en cuyo número dos mi familia vivía. Temprano en las mañanas yo seguía el señuelo del olor a horno de pan caliente. Estaba interesado en ir a la tahona no tanto para darle un pellizco a la hogaza cuanto por ver al maestro de pala meter las piezas crudas en horno y sacar las cocidas y al fin extraer las brasas que aún quedaban dentro mediante un artefacto de hierro.

Aquella tahona de mi niñez parecía muy grande pues en su patio se apilaban podas y troncos de seco olivo que se utilizaban para poner en marcha la cocción tras quemar previamente las retamas. Mi mayor interés se enfocaba a los cestos de pan recién horneado ,a las palas que se colgaban en la pared, sostenidas por pernos de hierro, a las blusas del maestro panadero y a los sacos de harina candeal apilados en el espacio más seco del horno. Jamás llegué a ver las artesas del amasedero que de lejos se veían blanquecinas recubiertas de polvo de harina.

Iba alegre a la tahona aunque luego, de mayor, pensé que la vida en el horno debía ser dura, molesta y antipática por tener que entrar a trabajar a eso de la medianoche. Me encantaba, cuando por ser hijo de la maestra escuela me dejaban entrar, el calor que desprendía el horno en invierno y el aroma del pan recién cocido. Retengo la imagen de la «maestra» señora del horno, siempre vestida de negro, quizás porque estuviera de luto o porque fuera la máxima jerarquía de la empresa.

En otro lugar he escrito que yo disfrutaba de aquel pan candeal que allí se horneaba, blanco y de dura corteza, excelente para tostar, inundar de aceite de oliva de molino y con azúcar del que mis padres conseguían al enseñar el cupón de la cartilla de racionamiento.
Esto sucedía allá por los años 1945 y 1946 en Baena. Recordé esta vivencia tras visitar en su casa a nuestra querida Laurita, la churrera, porque aquel horno estaba aledaño a su última vivienda.

(*) Hijo Predilecto de Baena.

Vista Baena 2

LA JUNTA DE ANDALUCÍA DECLARA EL CRISTO DE LA SANGRE BIEN DE INTERÉS CULTURAL

20-X-2015
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado hoy declarar la imagen del Cristo de la Sangre como Bien de Interés Cultural (BIC) por su enorme valor artístico. Este reconocimiento culmina un largo proceso que se inició en 1988, cuando el BOE recogía el 7 de junio una resolución de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura por la que “se ha acordado tener incoado expediente de declaración, como bien de interés cultural, a favor del bien mueble denominado “Cristo de la Sangre, de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Baena (Córdoba)”. Sin embargo, por diversos motivos, no ha sido hasta ahora cuando ha sido declarada. La talla, de finales del XVI o principios del XVII es “una obra maestra de la escultura andaluza”, como indica crítico de arte Juan Dobado Fernández, que en la publicación “La pasión de Córdoba”, resaltaba la importancia de la imagen del Cristo de la Sangre, vinculada a la escuela granadina y, concretamente, a Pablo de Rojas, autor del Nazareno de Priego.

El texto de la Junta de Andalucía dice lo siguiente:
«El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la escultura del Cristo de la Sangre ubicada en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Baena (Córdoba). La imagen, tallada a principios del siglo XVII y uno de los principales referentes de la Semana Santa de esta población, es representativa de la Escuela Granadina. De autoría desconocida, los últimos estudios realizados tras su restauración la sitúan en la órbita de Pablo de Rojas, maestro de Juan Martínez Montañés y artífice de la transición del Manierismo al Barroco.

La talla del Cristo de la Sangre, también conocido como Cristo de la Expiración, muestra el último instante de la vida del crucificado. De madera policromada y dispuesta sobre una cruz arbórea redondeada, destaca por la gran expresividad lograda en el rostro y en la tensión muscular del cuello, mientras que el resto del cuerpo presenta un claro ejemplo de la ‘curva serpentinata’ manierista.

La imagen pertenece actualmente a la Hermandad del Cristo de la Sangre y se integra en la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, Santo Cristo del Calvario y Soledad de María Santísima, una de las más representativas de la Semana Santa de Baena».

Cristo Sangre

SE NOS FUE RAFALITO FLORES

En dos días se han marchado dos baenenses a los que tenía un especial cariño. Laurita, la churrera de la calle Llana que tantas amistades sembró durante sus más de noventa años de vida. Y Rafalito Flores, el hombre culto de la voz silenciosa. Me recordaba en alguna ocasión al recordado Alfonso Torrico, que un día me llamó la atención y se presentó: “Hola, Paco. Soy Alfonso Torrico, hermano de Juan Torrico”. Desde entonces, hasta su fallecimiento, tuve en él un fiel amigo en el que descubrí sus desbordantes conocimientos cada vez que me reunía con él.

La noticia del fallecimiento de Rafalito me la dio esta mañana su hijo Quique. Los dos llevamos a nuestros hijos al mismo colegio. Me cogió del brazo y me lo dijo: “Hace un rato ha muerto mi padre. Mañana es la misa”. Unas semanas atrás me llegó su última carta, una tarjeta religiosa y una frase de su querida esposa. “Era su despedida. Se fue despidiendo de algunas personas”, me dijo esta mañana Quique.

Cada cierto tiempo me enviaba alguna carta, matasellos de la Sociedad Filatélica de Baena, que él fundó, o algún texto curioso, como discursos de José Trujillo de los Ríos durante su etapa como alcalde de Baena.

La última vez que lo visité en su domicilio volvió a descubrirme su sencillez y la lucidez pese a los años. También su ironía y su risa sincera. Me acompañaba Miguel Párraga y juntos pudimos disfrutar de la amistad que crea el pasar de los años.
Don Rafael Flores Gálvez era un hombre de cultura. De esas personas que añoras cuando no están. Para el que un libro era el mayor valor y mostrarlo a los demás un inmenso placer. Rafalito fue un hombre bueno, el más elevado elogio que se puede otorgar a un ser apreciado.

Descanse en paz.

R Flores

NOS DEJÓ LAURITA, LA CHURRERA

Por José Javier Rodríguez Alcaide

¿ Qué le quedaba ?
Esa costumbre de seguir viviendo.

¿ A quién tenía que temer ?
Laurita era quien podía ser,
sin engañar a nadie ni a ella.

Su abrazo y su sonrisa ,
imperante en sus días penúltimos,
me resultaron satisfactoria ofrenda,
fulgurante hallazgo,sentada a mi lado
en el Liceo de Baena.

No hubo murmullos que alterar consiguieran
su plácido vivir diario. No hubo voraz desasosiego
en su hogar de la calle Llana que naciera de su corazón,
ni vértigo.

Exhausta de paz se ha marchado ,
sin ánimo para otra empresa.
Su vida fluyó en un remanso de aceite hirviendo
en mínimos murmullos de dorados churros
mientras su hermano Miguel me distraía
con sus cabras en el ordeño.

Fue culmen de hermosura.
Siempre en sus brazos fui
niñez de paz , y cuando me dejaba,
desventura.

ADIÓS A LAURITA, LA POPULAR CHURRERA DE BAENA

La recuerdo desde mi infancia. Siempre pegada al bidón de metal, oscurecido por el fuego, lleno de aceite ardiendo. Con sus arrugadas manos meneaba los churros con las varillas de madera, recuerdo presente de mi niñez. El pequeño local olía a churros, a tradición perpetuada. Después, introducía los jeringos en la enea verde para que los sujetáramos y no nos quemáramos. Mi madre tenía una especial amistad con ella tras tantos años de vecindad. Hoy me acuerdo de ella a través de Laurita, fallecida a los 93 años.

Atrás queda la constancia de una mujer, trabajadora desde muy niña y que hubiera merecido la medalla al mérito al trabajo por tantos años de dedicación y buen hacer, siempre con una sonrisa.

Descanse en paz Laura Mengíbar Bonilla, “LAURITA”.

Recojo ahora las palabras que le dedicó nuestro amigo José Javier Rodríguez Alcaide cuando el 16 de noviembre de 2013 recibió el título de Hijo Predilecto de Baena:

“Este amor a Baena es el fruto del cariño que mis padres me inculcaron a mi pueblo. Don Manuel y doña María, sonoros nombres que resuenan en mi corazón, como si ahora caminara con ellos hacia San Bartolomé o hacia las huertas del Marbella. Desde el Cielo ellos contemplarán este acto, orgullosos de que yo siempre amara a mi pueblo.
Queda un testigo de aquella devoción entre nosotros. Se trata de Laurita, la churrera, quien a sus 91 años, se siente orgullosa y copartícipe de esta distinción, porque me tuvo en sus brazos, me ayudó a deshacer mi inapetencia, cuando ella tenía 18 años y recuerda con nitidez el carácter rebelde de un niño protestón a pesar de mi endeblez.
El beso que le daría a mis padres, si estuviesen presentes, lo transformaré en un abrazo a Laurita y en Laurita llevo mi abrazo a todos los aquí presentes”.

Su misa será mañana, a las 13.00 horas, en la iglesia de San Bartolomé.

Laurita